La historia de su hallazgo ya merece ser noticia de por sí. La principal autora del estudio, estaba terminando su master en sobre un estudio en especies de ranas leopardo del sur de EEUU y empezó a investigar unas extrañas ranas cuyo croar le había extrañado, al ser muy diferente al propio de las ranas leopardo. Los científicos usaron datos de ADN para comparar la nueva rana con las otras variedades de ranas leopardo (Lithobates pipiens) y determinaron que se trata de una especie totalmente nueva, tan nueva que aún no tiene nombre. En el pasado es probable que el anfibio viviera en Manhattan y la presión urbana la fue desplazando hacia el sur.
En conclusión esto demuestra que incluso en la ciudad más grande en los EEUU todavía hay importantes y nuevas especies que esperan a ser descubiertas que podrían perderse si no se hace un esfuerzo de conservación.
Fuente: http://www.publico.es/ciencias/
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