Se ha descubierto que un parásito no sólo ha desarrollado resistencia a un medicamento común, sino que a la vez ha mejorado su capacidad de resistencia frente al sistema inmunitario humano. Parece que su batalla contra el fármaco también lo armó mejor contra el Ser Humano.
Que se sepa, ésta la primera vez que aparece en la Naturaleza un organismo con este doble blindaje, tal como advierte Manu Vanaerschot del Instituto de Medicina Tropical (ITG) y la Universidad de Amberes, ambas instituciones en Bélgica.
Estos organismos son expertos en la adaptación a diferentes ambientes, y los únicos organismos conocidos en la naturaleza que no obedecen una regla básica de la biología: los cromosomas deben venir en pares.
Este parásito causa la leishmaniasis, y es transmitido por la picadura de ciertos mosquitos.
En el subcontinente indio, donde ocurre la mayoría de los casos, la enfermedad fue tratada durante décadas con compuestos de antimonio. Como era de esperar, el parásito se adaptó a la presión constante del fármaco, y evolucionó hacia una forma resistente a tales compuestos. En 2006, el tratamiento fue reemplazado por otro medicamento, ya que dos de cada tres pacientes no respondían al tratamiento tradicional.
Los compuestos de antimonio actuaban en estrecha conexión con el sistema inmunitario humano para matar el parásito. Esto probablemente dio a la Leishmania donovani la oportunidad de armarse en contra de ambos. No sólo se volvió resistente al fármaco, sino también más resistente a los macrófagos, que son células fundamentales de nuestro sistema inmunitario.
Fuente: www.noticiasdelaciencia.com
La adaptación y la elaboración de texto adicional de este artículo han sido realizadas por el equipo de NCYT.
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